Header Paperwise sustainable packaging
¿ES REALMENTE SOSTENIBLE EL PAPEL?

Cada vez somos más conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente. Recogemos la basura, separamos los residuos o elegimos alternativas ecológicas en lugar de materiales contaminantes, y una de las alternativas ecológicas más visibles es el papel. En comparación con lo mal que vemos el plástico, por ejemplo, el papel nos parece una buena alternativa. De hecho, en el movimiento de sostenibilidad que hemos iniciado juntos, el papel es a menudo la alternativa sostenible designada al plástico. Podríamos concluir que el papel está más o menos al margen de la revolución de la sostenibilidad. Pero, ¿está realmente justificado?, ¿hasta qué punto es sostenible el papel?  

La huella de CO2 del papel

El libro «Drawdown: El plan más completo jamás propuesto para invertir el calentamiento global», de Paul Hawken, revela que la industria papelera emite una cantidad escandalosa de CO2. De hecho, la industria papelera es responsable de emisiones globales de CO2 que ascienden a cerca del 7% del total de las emisiones anuales de CO2 a nivel mundial. En comparación, la aviación es responsable del 2,5%. En otras palabras, la industria del papel es casi tres veces más contaminante que la industria de la aviación (fuente). Todo indica que no vamos a utilizar menos papel. De hecho, en los últimos 40 años, el uso del papel ha aumentado un 400% en todo el mundo (fuente).

Pero, entonces, ¿por qué el papel; que todos consideramos una opción bastante respetuosa con el medio ambiente en comparación con, por ejemplo, el plástico; puede ser tan contaminante? He aquí la respuesta: En Europa, utilizamos unos 80 kg de papel por persona y año para leer, embalar y, por supuesto, como papel higiénico. Aproximadamente la mitad del papel requiere de la tala de árboles. La otra mitad es papel reciclado. Un árbol produce una media de 300 kg de papel (fuente). Por lo tanto, por cada ocho habitantes se tala un árbol al año. Eso supone talar más de 56 millones de árboles al año solo en Europa. Los árboles que se talan normalmente absorben una media de 25 kilogramos de CO2 (fuente). Cuando 56 millones de árboles ya no pueden absorber y retener 25 kilogramos de CO2 al año, esto tiene un impacto enorme en el medio ambiente.

Después de la tala del árbol, comienza el largo ciclo del proceso de producción del árbol a la pasta y de la pasta al papel; proceso que consume una gran cantidad de energía y que requiere transporte, lo cual también genera emisiones. Luego, el papel se reimprime con tinta, a veces se envuelve en plástico y, con demasiada frecuencia, acaba en lugares donde no se puede reciclar.

¿Es el papel compostable?

Cuando el papel acaba en lugares en los que no se puede reciclar, ¿no lo resuelve la naturaleza? Sí y no. En general, el papel es biodegradable y compostable. Pero gran parte del papel tiene aditivos, como un recubrimiento, que hacen más difícil su biodegradación. Para que el papel sea compostable, su tiempo de degradación no puede superar un determinado límite de tiempo: en 12 semanas, debe haberse degradado al menos un 95% en una planta industrial de compostaje. (fuente) En los casos del papel con aditivos industriales, como los revestimientos y las tintas, los tiempos de degradado distan mucho de ser así. Y lo que es más importante, para el medio ambiente es aún mejor no tirar el papel, sino reutilizarlo. Al reciclar el papel en lugar de tirarlo, reducimos la demanda de nueva fibra de madera para la producción de papel. Esto, a su vez, ayuda a reducir la deforestación. Por supuesto, en el caso del papel que no se puede reciclar, el compostaje es una forma ecológica de tratarlo.

¿QUÉ OTROS TIPOS DE PAPEL (NO PROCEDENTE DE ÁRBOLES) EXISTEN?

Puede que el papel clásico no sea tan sostenible como pensabas inicialmente, pero afortunadamente hay alternativas:

Papel de hierba

La hierba está a nuestro alrededor, en los bordes de las carreteras y a lo largo de las autopistas, en las praderas donde pasta el ganado y también en forma seca como heno para los animales del establo. Desde hace algún tiempo, también existe el papel de hierba. Como su nombre indica, este papel se fabrica, en parte, con hierba. Las fibras de hierba molida se añaden a la celulosa y las cargas necesarias para fabricar el papel. Esto hace que el papel sea un poco más sostenible, ya que esta adición garantiza que se necesiten menos árboles para su producción. Además, las fibras de hierba son muy visibles, lo que puede ser un bonito elemento visible de este papel sostenible.

Sin embargo, un inconveniente importante sigue siendo la calidad del papel de hierba. Al fin y al cabo, la hierba no es celulosa ni relleno y, por tanto, no contribuye a la resistencia ni a la suavidad del papel o el cartón. Por tanto, en la práctica, el papel de hierba suele estar compuesto por solo un 5-10% de hierba en el caso del papel de impresión. Otra desventaja es que el 50% de la hierba se pierde durante la producción y no acaba en el papel. La hierba que se pierde durante la producción contamina las aguas residuales porque es materia orgánica. Otra desventaja del papel de hierba se produce durante el reciclaje, donde el 50% de la hierba se vuelve a perder. La planta de reciclaje paga por el papel usado, pero se le suministra hierba que no contribuye a la calidad del papel. Así que la energía para el procesamiento es inútil y la hierba que se pierde de nuevo provoca una contaminación adicional de las aguas residuales.

Papel de tomate, papel de remolacha, papel de cacao

Cada vez se utilizan más fibras alternativas para fabricar papel. Mientras salvemos el árbol, ésa es la idea. En los últimos 10 años, se han incorporado muchos tipos de papel fabricados con fibras alternativas. Lo mismo ocurre con el papel de tomate, remolacha y cacao que con el papel de hierba. Las fibras utilizadas no son celulósicas, no ofrecen calidad y se mezclan con pulpa de madera de árboles en pequeñas proporciones. Al igual que el papel de hierba, los nombres papel de tomate, papel de remolacha y papel de cacao suenan maravillosamente, y los papeles tienen un aspecto precioso con estas fibras alternativas. Ésta es la principal razón de la popularidad de estos nuevos papeles. El papel de tomate, el papel de remolacha y el papel de cacao son, por tanto, muy poco más sostenibles que el papel procedente de los árboles, pero no debemos sobrestimar su efecto.

Papel de bambú

Contrariamente a lo que mucha gente piensa, el bambú no es un árbol, sino una especie de hierba. Y a diferencia del papel de hierba, el papel de tomate, el papel de remolacha y el papel de cacao, el papel de bambú puede fabricarse con un 100% de bambú. Sin embargo, el bambú tiene que talarse para fabricar papel, mientras que el bambú absorbe considerablemente más CO2 que los árboles caducifolios.

Una gran ventaja que tiene el bambú sobre los árboles en ese sentido es que vuelve a crecer muchas veces más deprisa. Una gran desventaja del papel de bambú es que su transformación en papel requiere un proceso largo y complicado. Esto se refleja en el precio (fuente). El bambú, como los árboles, es una materia prima primaria. Esto significa que el bambú, al igual que el árbol, se cultiva específicamente para el papel. A diferencia del papel de tomate, el papel de remolacha y el papel de cacao, en los que las fibras son una materia prima secundaria. Estas fibras permanecen después de eliminar el alimento del plan.

Papel a partir de residuos agrícolas

Cuando el agricultor ha cosechado, los residuos agrícolas, como las hojas y los tallos no comestibles, permanecen en el campo. En los países en vías de desarrollo, esos residuos se queman y se convierten en basura. ¿Pero qué pasaría si utilizáramos esos residuos agrícolas para fabricar papel? Eso es exactamente lo que hace PaperWise desde 2015. De los tallos y hojas sobrantes tras la cosecha se extrae la celulosa, que es el principal ingrediente del papel. El papel, que a menudo se compone de un 100% de residuos agrícolas, es de alta calidad y simplemente reciclable. Este método de producción reduce significativamente el número de árboles que se talan para fabricar papel y da una segunda vida a un material natural que de otro modo se desperdiciaría.

La opción más sostenible

Debe quedar claro que el papel no es necesariamente sostenible y que vale la pena buscar alternativas. El impacto medioambiental del papel de PaperWise es hasta un 47% inferior al del papel fabricado con árboles y un 29% inferior al del papel reciclado. PaperWise se fabrica de forma completamente neutra en carbono, lo que supone una solución a las exorbitantes emisiones de la industria papelera convencional. La quema de residuos agrícolas evita que se liberen contaminantes en el aire, se da una segunda vida a los residuos que de otro modo se habrían desperdiciado y el agricultor no solo gana con la cosecha, sino también con los residuos restantes. Al mismo tiempo, la calidad no se ve comprometida y el papel fabricado con residuos agrícolas puede reciclarse hasta siete veces, igual que el papel procedente de los árboles. Esto hace que el papel PaperWise sea la alternativa más sostenible al papel normal.

Gracias a que cada vez más personas escogen el papel de PaperWise, se evitó la tala de 95.800 árboles, lo que equivale a un total de 1.331 hectáreas que se protegieron de la deforestación, una superficie del tamaño de 1980 campos de fútbol. PaperWise va incluso más allá y seguirá esforzándose por conseguir que la proporción de residuos agrícolas como materia prima para el papel y el cartón sea lo más alta posible. PaperWise lo hace junto con los productores, organismos de certificación, políticos, las organizaciones medioambientales, los clientes y todos los que quieran contribuir a un mundo mejor y más sostenible; solo así se puede garantizar que haya aún más árboles en pie y que se dé una segunda vida como papel a más residuos agrícolas que de otro modo irían a la basura. Solo cuando los niños aprendan en la escuela que el papel se fabrica a partir de residuos agrícolas, PaperWise habrá logrado su objetivo.

CONTACT

More articles

0
×